Empezamos a cogerle el gusto a la situación y con buen humor… la nieve siempre es bien recibida y casi que perdimos la concentración durante varios días… la mirada puesta siempre en la ventana y los ojos como platos. Cada día era espectacular y todo nieve polvo para petar, tanto en pistas como fuera de ellas… Las primeras horas de la mañana eran destinadas a sacar la nieve de los coches, evidentemente!